martes, 10 de junio de 2008





El "Palais Ideal" es la cacofonía hecha arquitectura, el sueño de la locura convertido en arena y piedra y fósil por unas manos que quizás una vez habitaron en otro lugar, en otro tiempo y trajeron consigo los recuerdos atávicos de ese palacio sin nombre que ilustra el mar remoto de todos los subconscientes.

Él era un cartero francés llamado Ferdinand Cheval y suyo es este Palacio Ideal, improbable simbiosis entre pirámide, castillo, templo oriental o arboleda druídica, tan bello y demencial como las nostalgias feéricas que lo inspiraron
.
Permanece escondido y casi ignoto en un rincón de los Alpes, al contrario que la obra de su hermano espiritual, Gaudí. Pero su laberíntica belleza permanece incólume, al igual que las palabras que a ella dedicó su propio arquitecto:


"¿Qué hacer caminando eternamente a través del mismo decorado, a menos que uno sueñe? Yo soñaba. Para distraer mis pensamientos construía en sueños un palacio de hadas... con grutas, torres, jardines, castillos, museos y esculturas."

Instrucciones para poseer un desván

1- El desván debe estar lleno de polvo. Las cosas no se ven igual si se miran a través de una neblina perpetua.
2- El desván debe estar lleno de baúles, cajones, cajitas, armarios, estantes y arquetas llenas de objetos con poderes mágicos.
3- El desván debe, obligatoriamente, tener libros antiguos de los que el resto del mundo nada recuerda.
4- El desván nunca debe ser visitado por más de una persona.
5- La única música que puede sonar en un desván procederá de un gramófono antiguo que se detenga en los surcos como la tos de un asmático.
6- El desván debe ser un lugar invisible para aquellos que carezcan de fe en lo misterioso.
7- El desván puede convertirse en un teatro, en un barco o en una taberna medieval, pero nunca dejará de volver a su forma originaria una vez acaben los juegos.
8- El desván debe ser el refugio último de una soledad eterna.
9- El desván no debe albergar realidad alguna.
10-El desván sólo pertenece a su dueño: una vez éste muera, el desván desaparecerá para siempre.