miércoles, 1 de agosto de 2007

Una botella con una bailarina dentro que gira y hace música. Una charca llena de renacuajos que se secó un día. El Observatorio en el que nunca entré. Un beso inesperado de un desconocido. Un muñeco de peluche olvidado en la parte trasera de un taxi. Una cría de tiburón encerrada en un frasco de cristal. El amanecer en el desierto.

El sol poniéndose en el Coliseo o en la dentadura verde de los Cárpatos. Un montón de conversaciones a las tantas de la madrugada. El recuerdo de la música transformándose a medianoche. Un demente que temía a los espejos. Millones de ojos en miniatura dibujados en los márgenes de los cuadernos.

Un cuento sobre unicornios y otro sobre la Esfinge. La primera página del primer libro. Sus ojos tristes, la primera vez. El mar.Un viaje por la tierra natal. Un sueño sobre pájaros gigantes en una torre encantada. El sabor de la propia sangre. La infinita paciencia. La compulsión terrible. Un laberinto plateado de babas de caracol en el jardín salvaje. Muchas horas perdidas y muchas horas ganadas. Un bosque de pinos desaparecido para siempre. Los lobos, a medianoche. Y los libros.Todas estas cosas son las que me llevaré conmigo cuando muera.

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